Día de integración, de acoplamiento a un horario totalmente diferente y día de conocer lo que será la casa de los Tigres de la UANL por las siguientes dos semanas, así se vivió el entorno del equipo entre la mañana de ayer y madrugada de hoy.
El plantel viajó en vuelo directo Monterrey-Doha, y lo hizo con la mayor comodidad posible, bien descansados y comidos, pues en el avión se podía tener todo lo que a más de 11 mil metros de altura se puede pedir.
Luego de poco más de 15 horas de vuelo, por fin el piloto del avión anunció el descenso para aterrizar, y lo hizo en español, además del inglés. Una vez en tierra, la tripulación nos despidió deseando que lleguemos lo más lejos posible en el Mundial de Clubes.
Antes de salir del aeropuerto, y cuando la hora local marcaba las 11:30 de la mañana (2:30 de la madrugada en Monterrey) el grupo de 50 pasajeros, incluyendo 24 jugadores, fue sometido a prueba Covid-19.
Una vez cumplido con ese requisito para entrar a Qatar, afuera de la Terminal ya estaban dos autobuses que nos hicieron sentir como en casa, pues estaban brandeados como el Tigrebus, y la marca del Mundial de Clubes.
El traslado fue con música, siendo Nahuel Guzmán el DJ que esta vez hizo escuchar gruperas y de banda. Luego de 25 minutos de camino se llegó al hotel ST Regis, de Doha, ubicado frente al Golfo Arábico.
La indicación fue sencilla, había que estar en la habitación sin salir hasta que se tuviera el resultado de la prueba Covid-19, por lo que el equipo pudo llegar a descansar del largo viaje y pensar en sostener el primer entrenamiento en tierra qatarí este domingo.