En la Mira
El periodo de registro de aspirantes a candidatos en el Partido del Movimiento de Generación Nacional (Morena), cerró el domingo, con cientos de inscritos, en busca de la postulación; algunos quieren reelegirse pero hay quienes pretenden brincar de un cargo a otro.
Las listas de distritos y municipios son muy largas; y la Comisión Nacional de Elecciones de Morena, reporta que 196 personas aspiran a una candidatura por la presidencia municipal, lo que da un promedio de diez por municipio; pero hubo casos como en Ahome, Guasave, Culiacán y Mazatlán, que superan esa cifra por mucho.
En el caso de los aspirantes a una curul, fueron 256 los registros, con un promedio de diez por cada uno de los 24 distritos en que se divide la geografía electoral en Sinaloa; pero ocurre lo mismo que en los municipios, porque hay zonas con más de diez apuntados.
En apariencia lleva a cabo un proceso democrático, con total libertad para que todos los que tengan alguna aspiración se registren, pero será el la dirigencia nacional quien tome la decisión final, después de conocer los resultados de las «encuestas» que serán levantadas para elegir al candidato más rentable.
Esto no es nada nuevo, este desorden, falta de liderazgo y control de la vida interna del partido tiene desde hace más de dos años, cuando los legisladores y alcaldes se empezaron a empoderar y a conformar grupos dentro de Morena, lo que ha provocado enfrentamientos y divisiones muy fuertes; lo que será una desventaja en estas elecciones, a menos que haya alguien que ponga orden y marque las directrices a seguir.
El resultado de las designaciones podría generar más divisiones, como sucedió con la candidatura a gobernador, que fue impugnada por el malestar de uno de los aspirantes, que ahora busca la postulación para competir por la reelección en Mazatlán, nos referimos a Luis Guillermo Benítez Torres, presidente municipal.
Morena tiene un mes de plazo para destrabar esto, elegir a sus candidatos y comenzar con los registros ante el Instituto Electoral del Estado de Sinaloa, cuyo plazo para el periodo de registro vence el 16 de marzo; pero las decisiones serían muchos días antes.
Una vez tomadas las decisiones en todos los distritos y municipios, el partido y sus liderazgos deberán emprender una operación cicatriz, que aglutine a todos y los haga trabajar a favor del proyecto de la cuarta transformación, y no por intereses personales o de grupos internos, de lo contrario, podrían perder muy pronto todo lo ganado en los comicios del 2018.
¿Pero quién será ese morenista que encabece la operación cicatriz?, con la falta de un dirigente del partido, el trabajo caería en Rubén Rocha Moya, como candidato a la gubernatura, y sus principales operadores político, para que el proyecto de la 4T pueda llegar a buen puerto el domingo 6 de junio, día de la jornada electoral.
El escenario luce muy complejo para los morenistas en cuanto a su vida interna, pero tienen amplias posibilidades de volver a arrasar en esta elección, si lograr la unidad interna y concretan las alianzas con el Partido Sinaloense y Gerardo Vargas; y eso lo sabe Rocha Moya y su equipo, pero muchos morenistas todavía creen que pueden ganar igual que en el 2018, con muchos candidatos que ni siquiera hicieron campaña, pero les debe quedar claro que AMLO no estará en esta ocasión en las boletas.