El Partido Revolucionario Institucional ha caído en un tobogán que parece no tener fin, y los priistas han quedado huérfanos y con un futuro desalentador, y que a partir del 1 de noviembre próximo será peor.
Son muchas las voces que apuntan a un principal responsable de la pasada debacle electoral: Alejandro Moreno Cárdenas, que a pesar de haber obtenido el peor resultado en una elección para el PRI, se mantiene como presidente del Comité Ejecutivo Nacional y diputado federal; y no ha dejado mucho que desear en su papel de opositor al Gobierno federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador.
A esto hay que sumarle el frente que abrió en Sinaloa, directamente contra el gobernador Quirino Ordaz Coppel, luego de haber recibido y aceptado la invitación que le hizo el presidente López Obrador para que sea el embajador de México en España.
Alito Moreno, lejos de unificar a los priistas, los dividió aún más con sus declaraciones y amenazas contra Quirino, de suspenderle su militancia si acepta el cargo diplomático sin solicitar el permiso del Consejo Político Nacional del PRI.
A estas alturas, con un partido en la terapia intensiva, con una seria crisis de credibilidad de la ciudadanía y disputas internas por las ruinas que quedan, ¿Le importará a Quirino mantener la militancia priista?, la respuesta es tan clara, como que el gobernador aceptó el cargo diplomático y sin pedir permiso. Veremos el voto de los senadores priistas.
Y ante los intentos que ha hecho Alito Moreno por imponer un dirigente en Sinaloa y quitarle el control a Quirino Ordaz del PRI, los priistas sinaloenses han alzado la voz, encabezados por el ex gobernador Jesús Aguilar Padilla; por ello, ha utilizado una nueva estrategia, y designó a Mario Zamora Gastélum para que encargue en la operación política – electoral en seis estados, entre ellos, Sinaloa.
Lo que no sabe Moreno Cárdenas, y nadie se lo ha dicho, es que el senador Zamora Gastélum no tiene mucha simpatía entre los priistas, y para muestra está que muchos prefirieron irse a otros partidos en lugar de apoyarlo a él en el pasado proceso electoral. Además, un candidato perdedor, con sus últimas tres elecciones perdidas, y dos contra Rubén Rocha Moya y por paliza, no es la mejor carta para el PRI.
Esta designación lleva un mensaje muy directo al gobernador Quirino Ordaz de parte de Alito Moreno, quien le impuso como candidato a la gubernatura a Mario Zamora, a quien intentó ayudar, pero no se dejó hacerlo; y el resultado ya es de todos conocidos.
Desde la dirigencia nacional del PRI buscan evitar que el próximo Comité Directivo Estatal sea encabezado por priistas afines a Quirino Ordaz o a Jesús Aguilar; pero por el momento no ha habido ningún priista de peso que levante la mano para encabezar el resurgimiento del PRI en Sinaloa.
Por lo pronto, la diputada Cinthia Valenzuela se mantiene como la presidenta, y Sergio Jacobo Gutiérrez, como secretario general del PRI en Sinaloa -ambos muy cercanos a Quirino-, hasta que haya un proceso de renovación o del Comité Ejecutivo Nacional designe un delegado especial.