COLUMNA EN LA MIRA
La elección para renovar el Comité Directivo de la sección 27 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación terminó envuelta en la polémica, por denuncias de fraude electoral por parte de los tres aspirantes que perdieron, y con buen margen de votación.
Son muchos los señalamientos que hicieron Carlos Rea, Jaime Valdez y Sergio Campas, desde el «rasuramiento» del padrón, que impidió que muchos maestros no pidieran votar, aunque sí lo hicieron 30 mil 433 sindicalizados, lo que representa el 72.86 por ciento, es decir, casi dos terceras partes del magisterio pudo emitir su voto a favor de una de las cuatro planillas que compitieron.
Además, acusan compra de votos, con el otorgamiento de plazas y trámites en la Secretaría de Educación Pública y Cultura, pero con el contubernio de la anterior administración estatal; y que durante el día de la votación el pasado viernes, se aplicó la operación «zapato», es decir, que se llenaron urnas de votos, y hubo secciones en donde la planilla naranja obtuvo todos los sufragios, y las otras tres ninguno.
Son acusaciones muy graves, que hasta el momento ninguno de los tres ex aspirantes ha presentado pruebas; y ahora se unieron para impugnar y tratar de anular la elección, lo cual luce casi imposible, porque el Comité Nacional Electoral tienen todos los elementos para validar la legalidad de la elección, que fue histórica, ya que fue la primera ocasión que los profesores pueden ejercer su voto directo, libre y secreto, y mayoritariamente lo hicieron por la planilla naranja, encabezada por Gerardo Torrecillas.
En el caso de los tres ex aspirantes, desde antes de iniciar el proceso electoral ya se habían puesto el «huarache antes de espinarse», sabían que sería difícil ganar y esperaban que el Comité Directivo del sindicato operara a favor del «candidato oficial», por ello se reunieron en varias ocasiones para definir la estrategia de la defensa del voto, que al final resulto inútil, porque fueron arrollados.
Pero por más reuniones que tuvieron, no supieron ponerse de acuerdo, y nadie quiso ceder, ni declinar en sus aspiraciones de ser dirigente del SNTE 27. Otra historia sería si hubieran competido en un sólo bloque opositor, ahora ya es demasiado tarde, el «palo» ya fue dado y «palo dado ni Dios lo quita».
Las tres planillas perdedoras lograron 15 mil 820 votos, que supera con poco los 14 mil 470 sufragios obtenidos por la Naranja, la diferencia fue de solo mil 350 votos. Pero el hubiera no existe, ya hubo un ganador, rindieron protesta los integrantes del nuevo Comité Directivo del SNTE 27; y la impugnación es mero trámite.
Ahora vendrá el turno de la sección 53 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, donde el escenario es diferente, pero este mismo de prácticas ténganlo por seguro que las van a repetir; y ya le mostraron el camino a Daniel Amador Gaxiola que deben de seguir para mantener el control de la organización sindical por otros cuatro años.
Pero a diferencia del SNTE 27, en la sección 53 hay un sólo bloque opositor, que han intentado dividirlo para debilitarlo, pero las bases se mantienen, sólo es cuestión que todas las corrientes «anti amadoristas» se pongan de acuerdo para elegir a quien será la cabeza de su planilla; de lograrlo, tendrán muchas posibilidades de ganar.
Se espera que de un momento a otro se emita la convocatoria para renovar el Comité Directivo del SNTE 53, que será el inicio de otra dura batalla sindical.