COLUMNA EN LA MIRA
Todo tiene un principio y un fin, desde las monarquías, hegemonías partidistas en el Gobierno, dictaduras y cacicazgos sindicales, el poder desgasta por más control que se ejerza sobre un grupo o gremio.
Y precisamente esto le ocurre a Daniel Amador Gaxiola, político y cacique sindical venido a menos, por medio de actos de presión hacia el gobierno y sus opositores dentro de la sección 53 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), intenta de manera desesperada conservar la dirigencia, que históricamente ha controlado desde que fue secretario general, en el periodo 1995-1998, de eso ya han pasado 23 años.
Por medio de Fernando Sandoval Angulo, dirigente del SNTE 53, quien no tiene poder de decisión, ni voz propia dentro de la organización sindical, porque lo controla a su placer, rompió relaciones con la Secretaría de Educación Pública, es decir, con el Gobierno del Estado y el gobernador Rubén Rocha Moya, a penas iniciando su segundo mes del sexenio.
Pero Rocha Moya, maestro normalista de profesión, con experiencia sindical y patronal, y como opositor al Gobierno, sabe perfectamente qué hacer en este tipo de casos; y quienes piensan que lo pueden doblar, amenazas o chantajear, están muy equivocados.
El Gobierno de la 4T llegó con gran fuerza al Gobierno de la República, y en tres años la ha incrementado, y llegó a Sinaloa al Gobierno del Estado, Congreso y 17 de 18 Ayuntamientos con mucha más fuerza.
Y es precisamente ese movimiento de la Cuarta Transformación, el que le ha propinado las dos derrotas más dolorosa para Daniel Amador, ver perder a su hijo Tomás Amador en dos ocasiones consecutiva. Primero la diputación local del distrito 15 de Culiacán; y este año la Presidencia Municipal de Elota. Esto demuestra que por más maestros que pueda movilizar, su poder se ha desgastado.
El movimiento opositor al interior del SNTE crece cada día, las diferentes corrientes se han unido para terminar con el cacicazgo y los privilegios de unos cuantos, a base de explotar y abusar de los profesores.
Actualmente existen las condiciones y la voluntad de los trabajadores de la educación de recuperar la representación sindical, para que defiendan realmente los intereses del magisterio, y no solamente al grupo en el poder y sus familiares.
El fondo del conflicto entre Sepyc y SNTE 53, es por el jaloneo de las plazas; y ambas partes dicen tener la voz de los maestros, pero en la realidad es que la base magisterial no lo ve así, ni se beneficia en lo absoluto; y se quieren disputar el futuro de los trabajadores de la educación, sin preguntarles a ellos.
La queja de los maestros es que ninguno de los beneficios anunciados por la Sepyc y presumidos por la dirigencia del SNTE 53, les llega a los maestros; como por ejemplo, los 50 millones de pesos entregados a inicio del mes pasado para la promoción horizontal, a los profesores no les ha llegado.
Y mientras se jalonean una plaza, y disputan quién tiene la facultad de asignar esa base, si el patrón o la representación sindical, el sistema sigue siendo opaco, y no se ven avances en transparencia en la asignación de las plazas, ni el uso de los recursos; falta claridad en el modelo educativo, y la nómina es un nido de aviadores, y la autoridad no pone orden.
Al final, la base magisterial ve desde lejos este pleito entre Graciela Domínguez y Fernando Sandoval – Daniel Amador, y ninguno de las dos partes se percibe como aliados de los trabajadores de la educación.
Otro conflicto más en donde va tener que poder orden el gobernador Rubén Rocha Moya; antes de que sea la elección de renovación de la dirigencia del SNTE 53, porque este es el preámbulo de un grave conflicto interno en el sindicato; por la desesperación de Amador Gaxiola de mantener el poder, pero existen grandes posibilidades de que pierda por primera ocasión, ante una oposición unida y en crecimiento. Al tiempo.
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