El pasado viernes vivenciamos un evento histórico. Mujeres del ámbito político de los tres niveles de gobierno y además de los tres poderes, se reunieron con el fin y único objetivo de pronunciarse por la conformación de una Agenda Legislativa de Género en Sinaloa.
Todas llegaron a colocarse sus pañuelos de color morado y naranja, reflejando la lucha en contra de la violencia contra la mujer y el feminismo. Alcaldesas, diputadas federales, diputadas locales, senadoras, la hija del gobernador, Eneyda Rocha, la fiscal general, Sara Bruna Quiñones y las secretarias de estado, Teresa Ochoa y Graciela Dominguez.
Todas con la mejor intención, pero de hablar bien del gobernador y de lo que ha hecho por la erradicación de la violencia contra las mujeres. Dijeron de todo, menos de propuestas y acciones concretas.
Después de casi una hora de presentación de todas y cada una de las mujeres presentes, empezaron los halagos y la ofrenda de colaboración y unión para trabajar en beneficio de las causas de la mujer, mientras que los titulares de los medios de comunicación fueron “Rocha Moya, un aliado de las agendas de las mujeres” y frases similares.
Todas muy bonitas para la foto y presentarse con su máximo líder estatal, pero, ¿Y la agenda? ¿En qué quedó? Sinceramente ni la vimos y la palabra agenda sólo se hizo presente en la presentación del evento por parte de la maestra de ceremonias.
Comparto que, la ideología feminista de algunas representantes se haya pronunciado en este evento, pero nos deja mucho que desear. En su mayoría, las funcionarias y representantes no tienen ningún sentido, empatía o conocimiento por lo que es el feminismo y la lucha por las mujeres.
Su participación y discurso se redujo en ponerse a disposición del gobernador al estilo priista… pero ¿A disposición de qué? ¿Para qué? Esta sería la cuestión. ¿Qué vamos a hacer? Además de reunirnos a tomarnos la foto y recibir de la forma más políticamente correcta a la senadora, Martha Lucía Micher Camarena, como presidenta de la Comisión de Igualdad de Género del Senado.
Nos dejaron mucho más que desear, cuando en plena reunión se hace presenta una mujer que busca a su hija en condición de desaparecida desde el pasado mes de septiembre.
Alma Hernández interrumpió el evento para exigir avances en la búsqueda de su hija, afortunadamente la fiscal, Sara Bruna Quiñones la atendió en privado y no era para menos, pero eso no reparan los feminicidios y los constantes casos de violencia doméstica y contra la mujer que diarios circulan en redes sociales y en medios de comunicación. Mismos que, no terminan en impartición de justicia.
Que tengamos mayor representación de mujeres en las cámaras y el Estado, es de reconocerse… pero sin duda, se tiene que trabajar y mucho en que esas mujeres trabajen y representen las causas y problemáticas de la mujer.
Para eso están ahí, porque queremos que una como nosotras lleve nuestra voz a la toma de decisiones, porque los hombres no lo hacían, los hombres no lo entendían, pero parece que los mismos hombres son los que siguen en los puestos. Los que fueron sumisos, ajenos, ignorantes, apáticos y de poca moral.
Esperemos que, en próximas acciones y actividades podamos contar con propuestas y resultados. Con ideas claras de mujeres pensantes que nos hagan sentir orgullosas de que tenemos una líder allá arriba, hablando por nosotras.