Columna El Cambalache
Por Estefanía López
Cierta ocasión publiqué en mis redes sociales, sobre la impresión que me llevé al ingresar por primera vez a Tiktok. Una plataforma de contenido infinitamente diverso y muy bien focalizado una vez que, se adapta a la ubicación y preferencias del usuario.
En Tiktok hay de todo, moda, chismes, influencers que se presentan como gente normal hablando de cosas normales que les pasan, empresas haciendo su publicidad, pasos de baile, recetas de comida, un poco de contenido educativo y eso lo celebro, pero mucha y mucha cultura buchona.
El fenómeno cultural de la “buchonada” y su impacto en la sociedad, ha sido repetidamente analizado desde la perspectiva sociológica, no solo la de Sinaloa, sino en todo el mundo.
Llama mucho la atención, como la cultura buchona es adaptada a las diversas formas de convivencia y conversación actuales. Claro, la cultura buchona y más en Sinaloa, siempre ha existido y ha evolucionado sin nunca deteriorarse y extinguirse. Su migración a redes a sociales, ha sido lógica, pero en Tiktok observamos otro tipo de conversación.
Ya no hablamos de las mujeres esculturales esposas o amantes de los más grandes y los más chicos protagonistas del narco, ya no se habla de las noticias o mitotes de estos personajes, donde se postea alguna que otra foto que revelen su identidad o cuenten alguna hazaña que hicieron.
En Tiktok, chavas de joven edad (que no precisamente son buchonas) dan consejos y recomendaciones de cómo lograr a ser querida de un buchón, como vestirse para gustarle a un buchón y que hacer con él una vez que lo conseguiste. Otros graban escenas ejemplificando una acción, labor o vida diaria de un trabajador del narco. Muchos las actúan, pero otros no lo hacen, sino que las graban en su vida real. Salen empecherados, con armas y con capuchas, simulando hablar con el jefe, ser “regañados por el jefe” y con diálogos que demuestran lealtad al jefe.
El discurso es libre, casi sin restricciones pues Tiktok no es tan exigente en las limitantes del tipo contenido que se genera. Los comentarios se tornan al; quiero ser como tú, quiero conseguir un buchón, ¿Qué hago para conseguirlo?, eso son los buenos buchones, siempre al tiro, etc.
Ahora bien, cualquier adulto responsable del contenido que ve y elige ver, puede auto advertirse sobre las implicaciones de ver este tipo de videos y seguirlos. Sin embargo, sabemos que Tiktok es una plataforma tan versátil y universal que en su mayoría, es usado por adolescentes y niños que copian bailes, se ríen con los influencers y se topan con los buchones del Tiktok.
Este no es un llamado o exhorto a la empresa Tiktok para que restringa el contenido relacionado con la cultura estilo sinaloense, fomentadora y promotora de la violencia y la delincuencia. Para ello, hace falta hacer mucho más.
Pero si, es un llamado a los usuarios de esta plataforma, sobre todo, a los padres de familia para ser responsables de los limites del contenido que sus hijos ven en esta red social.
El trabajo para el combate a la violencia, la mejora de nuestro nivel social y de conciencia ciudadana, no es sólo del gobierno, en su gran parte, es de nuestra responsabilidad y el papel que tenemos como ciudadanos y personas dedicadas a compartir más el bien que, el mal. ¡Pongamos cuidado! A esa costumbre que nos ha arraigado de vivir entre la violencia.