Tras haberse negado en el 2020 a enviar rápidamente una ambulancia para atender a una mujer cuyo estado de salud era grave, murieron horas despues de la llamada, un operador del 911 en Estados Unidos fue acusado de homicidio involuntario por tal acción.
Corría el año 2020, era 1 de julio, Kelly Titchell, hijo de Diania Kronk, llamaba al 911 para pedir ayuda para su madre quien entró en crisis luego de un consumo excesivo de alcohol por varios días.
El joven pidió desesperadamente atención al operador para auxiliar a su madre, no obstante, la ayuda llegó presuntamente muy tarde.
Titchell suplicaba por ayuda y el operador le pidió que le diera la certeza de que su madre aceptaría ser trasladada al hospital, el cual quedaba a media hora de distancia. “Lo estará, porque estoy en camino allí, así que se va o se va a morir”, contestó el joven al asistente de Greene, Pensilvania.
El joven hizo la primera llamada al 911 mientras manejaba a casa del novio de su madre, durante dicha llamada fue el operador, de nombre Leon «Lee» Price, le pidió primero encontrarse en casa de su madre y volver a llamar cuando ella aceptara ser trasladada en una ambulancia.
“Realmente necesitamos asegurarnos de que ella esté dispuesta a ir”, le dijo Leon al joven en la llamada.
Desgraciadamente, desde la primera llamada hasta la llegada de la ambulancia paso mucho tiempo y la madre del joven murió por un derrame cerebral.