La Fiscalía General de la República (FGR) obtuvo vinculación a proceso en contra de Heibar Josué, hijo de José Guadalupe Tapia Quintero, «el Lupe», uno de los principales operadores en el Cártel de Sinaloa en la facción de Ismael Zambada García, el Mayo.
De acuerdo con el reporte oficial, el sucesor en la estructura criminal fue imputado junto con José Roberto C, quien le acompañaba cuando ambos fueron detenidos en Culiacán, Sinaloa, el pasado 22 de agosto, en posesión de armamento y drogas sintéticas.
Ahora los dos enfrentan cargos vinculados con el narcotráfico. Tapia Salazar fue procesado por su presunta responsabilidad en delitos contra la salud en la modalidad de posesión de fentanilo con fines de comercio. Mientras que Cervantes Esparza está acusado por portación de arma de fuego de exclusivo del Ejército.
La FGR acreditó que los presuntos integrantes del Cártel de Sinaloa llevaban ocho bolsas con seis mil 099 comprimidos de fentanilo; un fusil de uso reservado a militares; 47 cartuchos útiles de grueso calibre; seis teléfonos celulares y una camioneta.
“Se otorgaron cuatro meses para la investigación complementaria y se ratificó la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa”, informó la dependencia ministerial sobre los supuestos operadores del Mayo Zambada.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha reportado que el Lupe Tapia de 51 años ya tenía un sucesor natural en Heibar Josué Tapia Salazar, su hijo capturado tras un fuerte operativo en la colonia Bachigualato la semana pasada.
Según los informes consultados por Infobae México, la detención ocurrió a las 11:35 horas en el bastión del Cártel de Sinaloa. La captura trascendió al punto de que la Sedena se refirió al Mayo Zambada por primera vez en muchos años en un comunicado oficial.
La captura fue celebrada porque el Lupe Tapia es un capo de alto rango en la organización del crimen transnacional y fue identificado por la Administración del Control de Drogas (DEA) desde febrero de 2013, cuando fue acusado por un gran jurado federal en la corte de Arizona, por cargos que implican el envío de metanfetaminas y lavado de dinero.
A partir de esa fecha era ubicado como miembro estratégico del Cártel de Sinaloa con su red de empresas de autobuses y camiones con remolques en México. De acuerdo con investigaciones reveladas por la DEA, este sujeto era coordinador en el transporte de estupefacientes hacia la frontera norte del país desde el bastión del grupo criminal.
Aquel entonces, la DEA indicó que Lupe Tapia controlaba rutas de trasiego hasta puntos de la frontera suroeste de Estados Unidos. Las indagatorias que permitieron acusarlo contemplaron el decomiso de 67.3 kilos de metanfetaminas, 30 kg de cocaína, más de 770 mil dólares y tres arrestos.
Aunque ya era identificado por esas actividades criminales, todo indica que el Lupe Tapia siguió actuando bajo el mismo esquema sin ser molestado durante casi una década. Al menos se ha registrado que las acciones delictivas continuaron hasta el pasado 28 de junio, cuando también cayeron tres hombres que conformaban su personal operativo.
Durante las revisiones de inmuebles vinculados con Tapia Quintero, los agentes federales incautaron hasta 10 tráileres y nueve camionetas usadas para la movilización de drogas. También aseguraron 8 mil 500 pastillas de fentanilo, una máquina pastilladora y 2 kilos de precursores químicos.
Las acusaciones que enfrenta el originario de Sinaloa en Estados Unidos incluyen conspiración para distribuir con la finalidad de importar, además de poseer para distribuir metanfetaminas. Sus acciones delictivas también son por encubrir el blanqueamiento de capitales, presuntamente, de las ganancias obtenidas en el narcotráfico.
(Con información de Infobae)