Columna El Cambalache
Por Estefanía López
Buen no jueves de columna, pero sí, Día Internacional de la Mujer. ¿Y por qué no? hablemos de nosotras. En la entrega pasada, dedique este espacio a desmeritar a las y los diputados locales por querer “juntos hacer historia”, al votar la despenalización del aborto en pleno #8M. Sí, dije que lo hacían así, por conveniencia política, pero en fin, hoy la llevaré “tranqui” y haré una pequeña reflexión sobre lo que, desde esta joven perspectiva, es el feminismo.
Cada mujer se auto determina feminista por diversas razones. Algunas porque han sido contagiadas por amigas o familiares, otras porque se interesaron en el tema y lo adoptaron, otra tal vez por moda o no verse muy anticuadas. Pero hay quienes se asumen feministas porque han sido víctimas de violencia o alguien cercano lo ha sido, o han sido acosadas, expuestas o incluso violadas.
Cada mujer vive su etapa de transición al feminismo y muchas de ellas, lo hacen sin darse cuenta, y aunque no lo admitan, ciertas posturas, pensamientos y acciones, son de una mujer feministas.
La negación de asumirse como feministas es una de las principales limitantes que tiene una mujer para desarrollarse, crecer, decidir, ser y actuar libremente.
“Yo no soy feminista, pero estoy a favor de que tengamos el mismo sueldo del hombre”. “Yo no soy feminista, pero quisiera que los hombres ya no me acosaran en la calle”. “Yo no soy feminista, pero estoy de acuerdo con que cada mujer tenga la libertad de decidir, cada quien”.
Es una cuestión similar al dicho siguiente. “Yo no estoy en contra de los homosexuales y los respeto, pero que no se casen”.
Parece que se viven en una etapa de indecisión ideológica, motivada por tabús, temores de opinar, ser transparente, aventarse al ruedo, gritar lo que verdaderamente pensamos y creemos. Una indecisión que tiene temor de ser juzgada.
De ser catalogadas o encasilladas en un tipo de mujer, que lamentablemente sigue sin ser completamente aceptada. La mujer libre, decidida, preparada, pensante y que va más allá de lo que la arcaica y norteña (caso Sinaloa) sociedad espera de ella.
Cada mujer, es feminista por diversas razones y ojalá que, este #8M sea un despertar más para todas aquellas que aún tienen miedo de serlo. Lo que sí no tengo duda es que, aunque no lo admitan, todas, pero absolutamente todas, somos feministas y cada quien en sus versiones, estilos y esencias. Sólo nos falta salir a gritarlo, salir a ser lo que queramos ser.