Los tiempos difíciles ocasionan rupturas en el tejido social, de tal magnitud que, el mundo se ve afectado en las relaciones humanas y en la construcción de los individuos.
Esta ruptura social puede entenderse como una agresión al humano mismo y a su esencia, provocada por los condicionamientos sociales y discriminatorios, siendo el aspecto socioemocional el más afectado entre las características que distinguen la personalidad y las acciones de los individuos.
La psicóloga Dulce María Saldaña, precursora de la Justicia Terapéutica en el sistema de barandilla de la Secretaría de Seguridad Pública del Municipio de Culiacán, asegura que todas las manifestaciones y expresiones negativas de los menores infractores y de sus comportamientos desafiantes, son una respuesta a ese mundo de discriminación y desigualdad, donde las adicciones son uno de los resultados fatales de la descomposición social.
Dijo que el consumo de drogas y la incorporación a las filas del crimen es el camino que muchos adolescentes han decidido recorrer, pero que, como organismo social, decidieron crear un programa de justicia terapéutica para rescatar a la mayor cantidad de jóvenes y adolescentes que son detenidos y turnados a barandilla por cometer actos criminales.
Este programa consiste en evitar una multa de más de 4 mil pesos, acudiendo a un taller de recomposición emocional, donde el menor infractor y un familiar adulto logran modificar su percepción sobre la justicia y los cuerpos policiacos, y entenderla más como una acción restaurativa que permita la readaptación a la sociedad.
Al final del taller, los infractores logran una cercanía con los agentes policiacos, de tal manera que se convierten en actores fundamentales de los buenos comportamientos y de las actividades de labor social.
Los jóvenes se suman a las actividades de limpieza de parques públicos, participan en donaciones de despensa y ropa a favor de las familias vulnerables, charlan sobre las adicciones con otros menores; todo esto en coordinación con el bando policiaco.
Por su parte, el coordinador de Barandilla, Nelson Uriel Algandar Chávez, reconoce el trabajo del departamento de psicología, puesto que en tres años que lleva funcionando el programa, más de 300 jóvenes se han reinsertado a la sociedad.