Durante el partido Alemania contra Japón, los jugadores germánicos hicieron un gesto de taparse la boca para hacer una indicación de censura luego de que la FIFA los amenazara para que no utilizaran el brazalete de diversidad sexual por incompatibilidad con las costumbres del anfitrión del mundial con sus creencias musulmanas.
«Los derechos humanos no son negociables», declaró en Twitter la Federación Alemana de Fútbol.
Al partido asistió el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, y frente a él, los jugadores demostraron su inconformidad por la medida.
La polémica nació cuando siete selecciones europeas, entre ellas la de Alemanía, habían colocado un brazalete de «One Love»en sus capitanes, haciendo alusión a los derechos LGTB.