COLUMNA EN LA MIRA
El conflicto entre el presidente municipal de Mazatlán, Luis Guillermo Benítez Torres; y los regidores del Partido Sinaloense, ha convertido al Cabildo mazatleco en una vergüenza nacional, una demostración de falta de voluntad política y capacidad de negociación, donde una de las partes se quiere quedar con «todas las canicas», y la otra que no quiere ceder una sola.
Han transcurrido tres semanas desde el inicio de la actual administración, la segunda consecutiva de «El Químico» Benítez, y no ha podido nombrar a los tres principales funcionarios de su Gobierno: el secretario del Ayuntamiento, tesorero y oficial mayor.
Desde el ámbito legal, es competencia del alcalde proponer a estos tres funcionarios, y fue él quien ganó la elección, y por derecho le corresponde a él elegir a todos sus funcionarios.
Por otro lado, no hay que olvidar, que gracias al PAS, pudo ser candidato, ya que en el acuerdo de coalición con Morena, le correspondió a ellos elegir a su candidato; y a pesar de los antecedentes de conflictos, Héctor Melesio Cuén Ojeda, decidió postularlo, ¿lo chamaquearon?, por su puesto que no, el ex líder pasista ya tenía en mente que esto iba a ocurrir.
Pero en el acuerdo entre «El Químico» y Cuén, quien también es químico, no hubo reparto de posiciones, ni compromiso de cargos en el Ayuntamiento, más que los regidores que ya iban en la planilla con él.
También hay que ser realista, si bien el PAS ayudó en la campaña, Benítez y Morena ganaron por la ola de Andrés Manuel López Obrador, que tres años después volvió a arrastrarlos y llegar a buen puerto. Los mazatlecos no votaron ni por «El Químico», ni por Cuén, mucho menos por el PAS; votaron por Morena y AMLO. Esto todos lo deben de tener claro.
Ahora se vive un conflicto inédito, con un alcalde cerrado y de muy mal carácter, que no está dispuesto a ceder nada; contra los pasistas que no se irán con las manos vacías, por más ultimátum que reciban del gobernador Rubén Rocha Moya.
Y como «El Químico» no pudo con el problema legal, ahora se fue a los tribunales, con la esperanza de que el Tribunal Electoral del Estado de Sinaloa le de la razón, y destrabe el conflicto, lo cual podría durar semanas o meses.
Vaya callejón sin salida en el que está metido el alcalde mazatleco, quien perdió la brújula y el mapa, con lo que prácticamente se está despidiendo de su candidatura al Senado en el 2021, y aunque falta mucho tiempo, luce casi imposible que el PAS le vuelva a dar su apoyo.