Han pasado ya dos años de uno de los días más violentos que se recuerden en Culiacán. Aquel jueves 17 de octubre de 2019 a mediodía, mientras unos comían en sus casas o restaurantes, otros recogían a sus hijos de la escuela y muchos más circulaban tranquilos por la ciudad, la guerra se destató.
A pesar de que Culiacán ha sido escenario de un sin número de hechos violentos en los últimos 15 años, lo ocurrido aquel día, conocido también como «Jueves Negro» o «Culiacanazo», dejó muchas heridas que todavía no cicatrizan y que punzan fuertemente.
Hace dos años, grupos armados se apoderaron de las calles de Culiacán, fotos y videos comenzaron a circular por redes sociales, y la noticia se hizo viral: El Ejército detuvo a Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín «El Chapo» Guzmán Loera, en una vivienda ubicada en el Desarrollo Urbano Tres Ríos.
De pronto la calma se transformó en terror. Balaceras, bloqueos de vialidades con vehículos incendiados, fuga masiva de presos del penal de Aguaruto, y muertos, cuyo número fue incierto, pero el Gobierno federal reportó 14 víctimas mortales y 21 heridos.
El estruendo de las balas atemorizaron a las miles de personas que estaban en la calle, los automovilista huyeron de los lugares donde hubo enfrentamientos y bloqueos; pero hubo muchos que estaban en tiendas de autoservicio, restaurantes y escuelas, y vivieron horas de terror, que se prolongó hasta el día siguiente, por miedo a salir a la calle para trasladarse a sus casas.
Y en medio del caos, se registró otro hecho insólito: Una fuga masiva del penal de Aguaruto. La autoridad reportó le evasión de 51 presos.
Fueron horas de pánico en Culiacán, hasta que los delincuentes cumplieron el objetivo: La liberación de Ovidio Guzmán, quien con una llamada les pidió a sus sicarios: «Ya paren todo, ya paren todo oiga», ya me entregué, ya no quiero pedos, ya no quiero desmadres.
Todo esto se ve en un video, en donde no se observa cómo fue liberado; pero días después, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador admitió que fue él quien dio la orden de liberarlo, para salvarle la vida a cientos de personas que estaban en riesgo; lo cual ha sido muy criticado en estos dos años.
“Cuando se decidió para no poner en riesgo a la población para que no se afectara a civiles porque iban a perder la vida más de 200 personas si no suspendíamos el operativo en Culiacán, se tomó la decisión, yo ordené que se detuviera el operativo y se dejara en libertad a este presunto delincuente”, reconoció en el mandatario nacional.
Por eso, el jueves 17 de octubre de 2019 no se olvida de la memoria de los culiacanenses, ese día el crimen organizado demostró su poder de organización y de poner de rodillas al Gobierno en un par de horas, y al final salirse con la suya. Ese día, el Cártel de Sinaloa dejó claro que fue más fuerte que el Gobierno, y le ganó, liberó a Ovidio Guzmán López.
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